Imágen laparoscópica de una apendicitis aguda, donde sólo vemos la punta del apéndice, ya que el resto ha sido cubierto (y bloqueado), por una grasita móvil (
epiplón u omento mayor), que "acude" presurosa, a limitar y limpiar cualquier herida y/o infección, y "engullir" las células en procesos tumorales, que se produzcan en el abdómen. Es tan útil, que también se usa como refuerzo en algunas suturas duodenales, para rellenar cavidades en el hígado luego de resecciones, y tapizar zonas de peritoneo lesionadas, donde podrían adherirse asas intestinales. Creo que el epiplón, es una parte de nuestra anatomía, que no ha recibido todo el crédito que merece. Claro, que sólo no puede solucionar todos éstos problemas; él limpia todo lo que puede, y lo que queda es para la cirugía y los antibióticos.