Tarea terminada.
Vemos a Pepe (traumatólogo que no distingue una papa de una batata), preparando la masa (junto con Pablo), de los tallarines de la cena. Para hacerlos, puso "mucho huevo" (de hecho 1 cada 100 gramos de harina) sobre la mesa de yesos de mármol de Carrara de traumatología. La cosa le salió muy bién, logrando unos fideos frescos de lo mejor que comí en mi vida. Fueron acompañados con una salsa clásica de tomate y carne estofada, y otra de crema, hongos y ciboulette, levemente picante al condimentar con un preparado envasado de ajo, aceite de oliva y peperoncino traído de Venecia por una comensal invitada. La misma se asustó cuándo me vió comer tres platos, aclarándole, que sólo como tanto cuando la comida es exepcional.
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