En ocasiones (sospecha de litiasis residual luego de resecciones de la vesícula sin radiología intraoperatoria, o cuando se sospecha algún tipo de lesión obstructiva no demostrable en la cirugía), clásicamente se abre el colédoco dilatado y se explora, y luego al cerrarlo se coloca un drenaje de Kher. Cuando el caño maestro que lleva la bilis del hígado al duodeno (colédoco) NO ESTÁ DILATADO (y la colocación de un tubo de Kher puede estrechar su luz) y se sospecha que puede estar algo obstruído, se drena por un tubito colocado en el cístico, lo que permitirá, además, realizar controles radiográficos en el postoperatorio. Fíjense en lo bién atado que está, porque tiene tendencia a salirse.
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