Mientras yo trabajaba en el hospital el 31-12-09, mi hijo Germán (que había llegado de California a Sevilla), festeja la llegada del año nuevo, con unos amigos. Germán (con barba, a la derecha) se comíó las 12 uvas de la tradición española, mientra que yo, aquí en Argentina, al terminar mi trabajo médico, me tomé 12 copas de champagne, para tratar de olvidar la tremenda corrupción política que hay en mi país.
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