Nos tocó de guardia. Cenamos livianito: una entrada de sushi, salmón rosado a la plancha, tacos de pollo y solomillo de cerdo, y unos pequeños emparedados de lomo a la plancha. El postre fué aportado por Cecilia (cirugía plástica), mouse de chocolatre y crema. Si bién fueron muchas cosas, comimos poco, preparándonos para una noche agitada. Pero por suerte ,exeptuando a una jóven que se quemó al encender el fuego del asado con nafta, la velada fué tranquila.
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